En alguna ocasión os he hablado de arboles que hemos trasplantado de un lugar a otro, el manzano como ya sabéis cuando lo hemos trasplantado estaba bastante bien por lo que no tubo muchos problemas de adaptación, sin embargo teníamos dos naranjos que no tenían la misma suerte, ya que habían perdido las hojas en el año anterior y la verdad cuando los trasplantamos no sabíamos en que condiciones estarían. En el primero de ellos lo tuvimos sembrado mas de un mes en el mes de noviembre hasta finales de diciembre y la verdad es que no lo veíamos brotar, por lo que casi lo desechamos, sin embargo por paciencia o por ocurrencia y como veía que no estaba muerto pues seguí con el en un macetero. Tras mas de un mes de riego conseguimos verle yemas y esas se fueron convirtiendo en hojas. La verdad es que ha perdido el injerto y en un futuro deberemos de injertarle de nuevo, pero al menos lo hemos sacado adelante. En el caso del segundo lo habíamos quedado trasplantado pero cuando lo arrancamos para volver a colocarlo en el nuevo lugar ya tenia alguna yema. Un mes después de colocarlo ya presenta varias hojas y como en el caso anterior deberemos de insertarlo. Es una pena que se perdieran los injertos, ya que eran de arboles buenos, pero al menos hemos salvado la planta.
Con ello deciros que aunque veáis que se han caído las hojas, que se han helado, que parece que están muertos si raspáis la corteza y veis que hay signos de vida no desesperéis, hasta la primavera no comienza a echar hojas nuevas, pero si que debéis de atenderlo bien, echarle agua para que pueda volver a brotar. Son arboles muy delicados, pero aguantan bastante bien si tienen una buena tierra.
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