Hemos hablado de muchas de las verduras que hay en nuestro huerto pero no habíamos hablado de los calabacinos, los reyes de las producciones. Es una de las plantas que no falta ningún año en nuestro huerto desde hace mas de veinte años, siempre que hemos tenido el huerto siempre ha habido al menos cuatro o cinco matas.
Variedad de siembra:
Siempre hemos sembrado de los calabacinos negros, es decir de los mas oscuros, la verdad porque nos ha ido muy bien, una mata produce muchos kilos y el desarrollo nos ha demostrado que es el mejor, sin embargo el año pasado nos dijeron que debíamos de tener al menos un calabacino blanco para la polinización de los demás, es la primera vez que lo oía, pero bueno como era donde compramos las matas pues hicimos casos. Los siete se regaban de la misma forma, estaban en el mismo cuadro y las mismas labores que se les hizo a uno se les hizo a todo. En toda la campaña se cogieron a la mata del blanco tres calabacinos buenos mientras que a cada una de las matas restantes cada día se le cortaba entre uno o dos buenos. Esta claro que este año la variedad que habría seria la de siempre, la negra.
La plantación es como el resto de plantas del huerto, me gusta regarlos a pie y como siempre suelo colocarlos en lo alto de un surco para así poder llenar la marina y que de ahí tomen el agua. La distancia entre plantas suele ser de unos cincuenta centímetros de una a otra en el mismo surco y prácticamente la misma entre los surcos. Como he hecho en los tomates solo los riego por un lado, es decir en el mismo surco hay dos matas paralelas que se riegan.
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