Cuando llega la epoca de la cosecha nos fijamos que nuestros tomates no son tan buenos como deberia y esto puede ser debido a una enfermedad producida por una polilla a la cual se denomina tuta. Esta polilla ataca a los tomates y a las tomateras produciendo un mermado en la producion y la perdida de un tomatal si la enfermedad no es erradicada. Se detecta por unas manchas blancas en las hojas muy similar al ataque por hongos como por ejemplo el mildeo. En muchos casos se ha confundido la enfermedad y por ello un mal tratamiento hace que nuestras tomateras tengan daños ya irreversibles y que terminen con el tomatal. Debemos de fijarnos si vemos la polilla blanca por las hojas o por los frutos y en caso de verlo lo mejor es tratar con un insecticida.
En invierno hemos hablado de la cebolla babosa, esa que se come en primavera, en los meses de mayo y junio frescas y que vemos en las tiendas en manojos de tres no por menos de un euro. Esta cebolla no suele dejarse para seca ya que suelen estropearse antes y brotan en cuanto comienza el periodo de lluvias estropeándose. Por ello siempre cuando llega esta época de mayo suelo poner la cebolla valenciana, una cebolla que suele hacerse bastante grande en condiciones ópticas como son las e un buen abonado y bastante riego teniendo un peso de hasta un kilo por cebolla. Esto depende también de la distancia que las coloquemos, pero aun así no suele tener problemas para crecer bien mientras la tierra no le apriete. Se suele venir el bulbo sobre la tierra dejando solo la raiz en la tierra cuando comienza a estar hecha. Para colocarla es muy simple basta con pincharlas en la tierra y regarlas en caso de que este muy seca la tierra. Para un mejor agarre se suele recortar las hojas y las raí
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